La flor del beso.

Su textura me fascina, su breve vida llena de hermosura hace que me pierda en su contemplación, es de esas vida breves que hay que contemplar. Desde la noche, cuando enrolladas, ya apuntan que al día siguiente cuando el sol les de se abrirán para mi en un espectáculo que me muestra la vida en un ser vivo como es una flor. Y yo tendré todo un día para mirarlas y admirarlas desde que me tomo el primer café.
Hoy se han abierto dos flores y siguen planeando abrirse más estos días, quiero creer que los dioses, si acaso existen, me mandan un bálsamo que suavice el dolor que siento.
Es bueno llorar a veces
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